Ana Taboada, vicealcaldesa de Oviedo de Somos , o sea Podemos.

   A esta buena señora le hacen hoy una entrevista en el periodico La Nueva España y me deja pasmada con sus afirmaciones.
No entro en otras cuestiones, de si se debe o no se debe desprivatizar algunos servicios o si el PP dejo la alcaldia hecha un desastre......................... no estoy de acuerdo con ella, pero paso de discutir.
         Lo que me dejo perpleja fue lo que dice sobre los premios ahora Princesa de Asturias.
Se le pregunta.
- ¿Los premios Princesa de asturias son buenos o malos para la ciudad?
Contesta:
- Le dan un toque añejo. Que vengan los Reyes, ponerse de largo......Este tipo de eventos son de otra epoca y estan pasados de moda.
- El alcalde dice que hay que mantenerlos si o si. Con la subvencion incluida.
Contesta:
- Estos premios estan fomentados por grandes promotores y esos promotores podrian hacer frente al gasto al cien por cien. Estamos hablando desde la familia Masaveu hasta grandes entidades bancarias. Si quieren hacer autobombo de la institucion monarquica que la hagan, pero no con el dinero publico. Hay otras prioridades.
         Sencillamente solo puedo decir que esta señora ye babaya y que el alcalde demuestra mucha mas sensatez que ella.
         Lo que hay que decirle a esta podemita es que si Oviedo y Asturias estan en el mapa mundial es gracias a estos premios que traen personalidades y dinero tambien al pueblo y categoria.
A ella seguramente le hubiera gustado mas que se llamaran premios Fidel Castro o Hugo Chavez y que la gente viniera en vaqueros y chanclas a recibirlos.
No se puede ser mas poco inteligente.
Puedes estar o no de acuerdo con los premios que se dan, en como se gestiona.............. todas las opiniones son validas. pero decir que estan pasados de moda, que ni un duro para ayudar a su realizacion es un tremendo error que va en detrimento de Oviedo y de sus gentes.
         Es como querer suprimir los premios Nobel.
Bueno pues la mujer se queda tan fresca diciendo eso.
Yo le diria que antes de meterse en un puesto de responsabilidad que mida sus capacidades, porque sus genialidades afectan a todo un pueblo.

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