martes, 4 de noviembre de 2014

Gnomos, trasgus o estoy cegata.

          Ayer por la noche, como siempre, me dispuse a tomar la lecitina de soja  que no se si vale para nada, pero por si acaso la tomo.
Yo la prefiero en granulo en lugar de pastilla y me la echo al gaznate en un vaso de agua.
Así que tomo mi bote de lecitina, lo destapo, dejo la tapa a un lado en el mármol cerca del fregadero, la revuelvo y al coleto.
Cuando voy a tapar el recipiente, Oh milagro, la tapa se ha esfumado.
Miro por todos lados por si ha caído y rodo, debajo de la nevera, del lavaplatos, de la cocina..........y nada.
Miro encima del mármol, levanto un periódico que estaba al lado y busco entre sus hojas......y nada.

        Me empiezo a atacar y ya busco en lugares impensable......y nada.
Así que tapo el bote con papel albal y me voy.
Entonces le digo al de siempre:
- Me ha pasado una cosa muy rara, ha desaparecido la tapa de mi bote de lecitina.
- No digas bobadas que no anda sola y busca mejor.
- Ya he mirado en todos lados y ni rastro, es muy raro.
- Tu si que eres rara con tus cosas, como comprenderas tiene que estar en algún lado. No hay duendes.
- Pues no se que decirte.
Es que el de siempre tiene los pies muy pegados a la tierra y no cree en tonterías como dice.
Vuelvo, busco y nada.
Ya aparecerá me digo. Así y todo antes de acostarme volví a dar otra batida y nada.
        Dormí a pierna suelta porque a mi no hay nada que me quite el sueño ( ahora no se si Podemos me lo quitara) y por la mañana vuelvo a la cocina a tomarme otra pócima que seguramente tampoco valdrá para nada.
        La echo en el vaso, revuelvo, y mientras me la estoy tomando veo mi tapa encima del mármol donde tanto había buscado infructuosamente y donde tenia que haber estado anoche.
         Me quedo pensativa habrá meigas o trasgos que me están tomando el pelo.
El de siempre dice que estoy como una cabra, pero si el hubiera mirado en todos los rincones como hice yo no se reiría tanto.

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