sábado, 10 de enero de 2015

Termine la carrera y a trabajar

          Cuando empecé a estudiar, mi idea no era trabajar si no perfeccionarme. Suena como petulante pero así estaban las cosas.
Una vez concluidos los estudios todo el mundo te dice:
- ¿Y ahora que? ¿no trabajas?
- Ya has hecho lo peor.
Y un jamón, prefiero estudiar a trabajar.
          Así que después de estar unos meses con un abogado puse un despacho con una compañera de estudios.
De ese abogado (ya fallecido) aprendí muchas cosas, pero sobretodo una que nunca se me hubiera ocurrido.
          Redactando una demanda me fijo que se  repite mucho.
- ¿Por que repites tanto las cosas? el juez va a pensar que lo tomas por tonto.
-  Si no es así no se enteran, hay que dejar muy  claro lo que te conviene que se les meta en la cabeza.
Sigo pensando que es tomar a su señoría por tonto, pero por si acaso seguí su consejo.
Pusimos un despacho monismo en una casa antigua dando a los barquitos. En el mismo pasillo teníamos a un echador de cartas (irlandes ) que tenia muchos mas clientes que nosotras !Que envidia nos daba!
Hasta sopesamos la idea de cambiar de profesión

          En aquella época (años 80) los juzgados de Gijon eran como mas familiares, todos nos conociamos. Eramos como 500 colegiados, 60 mujeres. Todavía no habían llegado la Aido y la Pajin para exigir paridad.
Teníamos una cafetería, llevada por Roberto y familia, donde cambiabamos opiniones con los compañeros. Ahora no existe.
Yo que nunca tomo café me hinche a tomarlos, no era cosa de pedir un whisky a las 10 de la mañana.
          Alli se nos informo rápidamente de las personas que  iban a requerir nuestros servicios en primer lugar.
- Los primeros, ya sabéis, las tres Pes
- Y que es eso.
- Parientes, putas y pobres. Y alguno os sacara dinero.
          Algo de eso había.
En los comienzos lo normal es apuntarse al turno de oficio y a la asistencia al detenido, porque sino no te comes una rosca,
         En una ocasión me llega al despacho una chica rubia platino que me dice que le habia correspondido yo de abogado en un caso de robo.
Como todavía no me había llegado el expediente le digo:
- Mañana ire al juzgado a ver, vuelve dentro de dos dias para que lo estudie.
Asi que a la mañana siguiente me planto en el juzgado correspondiente y pregunto por el caso de la chica en cuestión.
Ja, ja, ja, ja habia mucho pitorreo asi que empecé a mosquearme.
- En ese procedimiento no hay ninguna mujer me dicen.
- Como que no si estuvo ayer en el despacho y tiene el novio en la mili.
- Es un hombre, un travesti.
        Algo raro le notaba, pero no me habia dado cuenta.
Siempre la trate en femenino.
Unos meses mas tarde estando esperando turno para un juicio en los pasillos veo que se me abalanza una cosa llena de lentejuelas (10 de la mañana) y me da dos besos, era ella que tenia otro juicio me imagino que por lo mismo.
Ya en Canarias un dia la veo por la tele y le digo al de siempre:
- Mira esa es la chica de la que te habia hablado.
Habia conseguido o estaba intentando que a esas personas no las mandaran a la cárcel de hombres, lo que encuentro bastante lógico.
          En general todos eran buenas personas, lo que pasa que la vida tan perra que llevaban les hacia cometer delitos.
Cuando te tocaba estar de guardia para asistir a los detenidos te daban un busca y te llamaban a cualquier hora del dia o de la noche.
En una ocasion me suena el chisme a las 3 de la mañana. Llamo a comisaria para ver si era urgente y me dicen que vaya.
Dada la hora me dice el de siempre:
- Quieres que te acompañe..
- Ni hablar, queda feo eso de que llegue la abogada con el marido.
Asi que cogí mi bólido amarillo (mini) y me lance a la noche. Eso si, aparque justo delante de la comisaria.
Otras compañeras a esa horas pedian a la policia que fuera a buscarlas a casa.
          Luego no habia tanta prisa, pero en fin.
Era una noche de agosto y estaba el pueblo animadisimo, si hubiera encontrado a alguien conocido me hubiera quedado por ahi a tomar una copa, pero como no fue el caso me volvi a casa como una niña buena.
         En esos años todavia estábamos con maquina de escribir, lo que era un latazo.
si te equivocabais al redactar  la demanda tenias que volver a empezar y ademas teniamos que poner papel de calco para las copias. Un atraso.
Y eso que yo tenia un maquina eléctrica estupenda. Aprender a escribir lo hice sola con un método.
          Solo habia un despacho en Gijon que tenia un ordenador y todos pasábamos por alli para ver las ventajas del aparato que eran todas. Solo para consultar la jurisprudencia merecia la pena y ahorrabas mucho tiempo.
 A los pocos años ya no se concebía trabajar de otra manera.
          Como los de Oviedo siempre fueron mas elegantes y cuidadosos de las formas que los gijoneses, cuando teniamos que ir a la Audiencia por alguna apelación era como ir a otro mundo.
Ya el que estaba en la puerta parecia el capitan general por su vestimenta.
No estaba bien visto que se leyeran los alegatos, asi que teniamos que hacer de oradores. Normalmente llevabas un guion y lo seguias mirandolo con disimulo.
          Cada vez que veo a los politicos leyendo sus discursos me acuerdo de la Audiencia, cualquier abogado de entonces lo haria mejor que ellos.
En los años que trabaje hice un poco de todo y muchas separaciones. Pase momentos buenos y momentos malos como cuando un juez a mi clienta minusvalida le deja solo 8.000 pesetas de pension
          La clienta indignada fue a verme con su mama (siempre iba con ella) y dijo que cambiaba de abogado.
Le dije que muy bien pero que lo hiciera  pronto porque habia que recurrir en tres dias. Al dia siguiente volvio al despacho y me dicen sigue conmigo.
De natural la hubiera mandado a freir esparragos, pero me aguante y consegui que le dejaran una pensión normal. El juez era bueno y  se dio cuenta que se habia equivocado.
          En esos años aprendi lo que cuesta mantener a una familia con tu trabajo.
Cuando murio mi madre quede algo descolocada y deje de trabajar a los seis meses, primero de forma temporal que se volvio en definitiva al morir mi padre al año.
No me sentia con fuerzas para cargar con los problemas de la gente,  que van al abogado pensando que todo lo resuelve.
          Una cosa nos habian advertido.
- Si pierdes el caso, el cliente dice que es porque eres mal abogado
- Y si lo ganas dice que era tan facil y claro que por eso lo ganaste.
          O sea nunca te reconocen el merito de la labor realizada.
Decidi cerrar esa etapa de mi vida y quedarme en casa. Bastante tiene una con sus problemas para echarse a la espalda los del vecino.
Ademas el de siempre estaba apunto de prejubilarse y no era cuestion de seguir trabajando  yo.
          No me arrepiento de esos años, fue una gran experiencia, aunque la verdad perdi un poco la fe en la justicia y eso que entonces los jueces me parecia en conjunto muy buenos.
Ahora ya no tengo ninguna fe.




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