viernes, 13 de noviembre de 2015

Del cambio de una calle en Gijon. a D. Mario en Hermigua La Gomera

          En Gijón, los podemitas han promovido el cambio del nombre de la calle de La Merced por el de José Manuel Palacios, antiguo alcalde del pueblo.
 No me gusta porque odio que me cambien el nombre a la calles, Tanto es así que todavía sigo llamando la calle del 18 de Julio a la de La Libertad.
           Nunca me había parado a pensar lo que implican estos cambios para los ciudadanos que habitan en ellas, pero es tremendo y por eso protestan.
Tienen que empezar por cambiar todos los documentos, DNI. Pasaporte, Permiso de Conducir.......etc. Además los comercios se meten en unos gastos que algunos los asumen malamente.
           Cambio de publicidad por ej. Carta a sus proveedores por cambio de dirección, cambio de nombre del comercio en algunos casos........etc
           No tengo nada en contra de D. José Manuel Palacios, pero no creo que sus méritos fueran tantos como para darle una calle y menos la de La Merced que lleva (con algunos intervalos) muchos años llamándose así.
 Me explico por ejemplo que a D. Fermin Garcia Bernardo le dieran una plaza, pues gracias a su escuela jurídica y su trabajo, muchos gijoneses se licenciaron en derecho y emprendieron un camino en su vida.
           Esto me lleva a D. Mario Lhermet Vallier. Sacerdote ( pertenecía a los hermanos de las escuelas pias, dedicados a la enseñanza y fundadas por San Juan Bautista de la Salle.)y párroco del valle bajo de Hermigua, que fundo una academia para que los chavales del pueblo pudieran estudiar.
 Hay que ponerse en aquellos tiempos (años 40 creo) para comprender la inmensidad de la obra. Entonces vivían muy aislados, no tenían ninguna carretera asfaltada y no recalaban mas barcos en la isla que los fruteros que iban a buscar los plátanos principalmente.
 Así que los estudiantes a final de curso tenían que ir a examinarse a Tenerife de todo de golpe.
           Como el puerto no existía, el barco fondeaba en la bahía y había que ir en canoa y subir por una escala de cuerda. Y lo peor que tenían que quedarse en Tenerife hasta el siguiente viaje. Posteriormente se puso una linea regular que iba a San Sebastian de La Gomera una vez a la semana, cuyo viaje duraba toda la noche (de doce noche a 7 mañana) pues salia de Santa Cruz y no de los Cristianos como ahora,
 Asi que los estudiantes tenían que permanecer una semana en Tenerife para volver a casa.
 Esos primeros barcos, de Trasmediterranea, los llamaban los negros.
 Los últimos antes del ferry eran apodados "los blancos" y en ellos llegue yo por primera vez a esa isla.
           Me impresionaron. La gente iba en cubierta toda la noche. Había algunos camarotes y en esos fui, pero no se si era peor el remedio que la enfermedad. y estoy hablando del año 1.966.
 En mi primer viaje iba con un niño de 5 meses en su capazo y cuando por la noche voy a mirarlo, estaba el cesto lleno de cucarachas.
 Mas luego la dificultad para combinar vuelos. Si el día que había barco no había vuelo apropiado teniamos que dormir en Santa Cruz.
           Volviendo a los estudiantes. D. Mario , que era francés, los puso en situación de poder estudiar una carrera y de esa época salieron médicos, ingenieros (entre ellos el de siempre) y demás carreras. Venían a la peninsula, unos a Salamanca, Madrid, Cadiz, Barcelona.....etc, y se tenia que estar todo el curso, pues en las vacaciones de Navidad y Semana Santa no podían volver, pues había malas comunicaciones y además era caro. Solo volvían a su casa en verano.
          A D. Mario si que había que ponerle un monumento.
Lo que quiero decir que para poner a alguien una calle, plaza, monumento o lo que sea tiene que haber contribuido de una forma notable a la mejora de un pueblo o de sus habitantes o de la humanidad......  y no por el color politico del sujet.
s .

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