jueves, 3 de noviembre de 2011

Al final soy una blanda.

Pues si, al final soy cochinamente blanda.
Mira que Zapatero ha sido lo peor que le ha pasado al país en mucho tiempo. Mira que su gestión ha sido nefasta. Mira que ha causado daños irreparables, o por lo menos muy dificiles de reparar, y que nuestros nietos pagaran por sus desafueros, pero a pesar de todo empiezo a sentir lastima por él.
Que culpa tiene un chico de papa de León de que le auparan a un puesto que le venia grande.
Que gente irresponsable lo colocara de Presidente del país, cuando hasta un niño de 3 años veía claramente su falta de capacidad.
No hacía falta ser un lince para saber que ese chico, sin preparación, sin experiencia, sin conocimientos, no era el adecuado para ejercer ese cometido.
Y paso lo que tenía que pasar. La hecatombe.
Me da pena porque su inteligencia no daba para más. Se le pidió lo que no podía dar.
No vamos a echarle la culpa solo a él. La culpa es de muchos:
- Primero de los que le subieron al poder.
Que puede hacer una persona así, con poder y dinero ilimitado. Lo que hizo, despilfarrar a manos llenas y no dejarse asesorar por nadie.
- Segundo de los que le votaron y volvieron a hacerlo la segunda vez. Estos no tienen perdón.
- Tercero de esos partidos nacionalistas, incluidos los canarios, que por sacar ventajas para su autonomía lo mantuvieron contra viento y marea.
En el pecado llevaron la penitencia, pues muchas de las veces se les prometió, pero no se les dio.
- Y por último el señor Zapatero. A nadie le amarga un dulce y poca gente es capaz de reconocer su falta de valía.
Se dice que anda llamando a sus conocidos de fuera de nuestras fronteras para que le den un puesto que le aleje de España. Tiene miedo que cuando salga a la calle como un español más le agredan.
Y no le falta razón. Seguramente los que más le aplaudieron serán los primeros en intentar hundirlo. No hay mejor balón de fútbol que uno caído en desgracia.
Y su caída se produce desde las alturas. El batacazo va a ser fenomenal.
También se habla de problemas en su entorno familiar. También normal en estos casos.
Pobre chico de León, me recuerda a la zarzuela de Luisa Fernanda:
"Hubo un tonto en mi lugar que se creyó golondrina, y un día se echó a volar desde lo alto de una encina. Bien se puede suponer como acabo la proeza: sobre un hito fue a caer y se rompió la cabeza"
" Pero entonces yo volaba como un misero pardal y hoy mis vuelos ambicionan vuelos de águila caudal"
Pues eso le paso a Zapatero, convenientemente jaleado y aplaudido se llego a creer que era golondrina o águila caudal.
Pues lo dicho, me empieza a dar pena; pero que se vaya ya de una vez.
PD: De su sucesor Rubalcaba hablare otro día. Un dinosaurio en el siglo XXI


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