El Rey Jonay se ha presentado por sorpresa en mi casa. Se lo agradezco, porque no suele salir de su planeta.
Nada más verme me espeta sin preguntarme siquiera como estoy:
- Niña, hablaste con Bibiana,
- Si majestad.
- Y acepta mi proposición de matrimonio.
-!Mire¡ !mire¡ mire como me ha dejado el ojo, a la funerala. Me atizo un puñetazo de campeonato.
-Tu le explicaste bien lo que le ofrecía.
- Si, pero me contesto que como me atrevía a hacerle tal proposición a ella que había sido ministra.
Que usted era un viejo verde y le importaba un comino su birria de planeta,
- Vaya con Bibiana, ya quisiera ser la mitad de lista que mis súbditas, ¿Que opino del dinero que la ofrecía?
- Todavía se esta riendo. Dice que en política puede ganar mucho más que eso y sin tener que aguantar a un carcamal.
- Sabes, empieza a cargarme esa chiquilicuatra.
- Ya le decía yo que no merecía la pena, ¿Por qué no se casa con una de su planeta?
- Ni hablar ya tengo muchas mujeres de Ganimedes, ahora quiero una terrícola.
- Pues, su majestad dirá, porque Bibiana Aido a pesar de bajar de categoría esta muy subida a la parra, ¿No le valdría María Teresa Fernández de la Vega? a lo mejor esa que tiene más años esta más receptiva.
- Lo pensare. Tendrás noticias mias.
Con las mismas se monto en su platillo y se elevo en los aires.
domingo, 7 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario