domingo, 29 de mayo de 2016

Soledad

          Ayer me levante con ganas de irme sola un rato por ahi, asi que cogí el bolso y a la calle.
Necesitaba descansar un poco de los problemas cotidianos.
Tengo la parada del autobús muy cerca de casa.
          Llego, estaba un chico con cara de pocos amigos. Es mas ni me contesto cuando le di los buenos días.
Al cabo de un rato le pregunto:
- ¿Ya subió el autobús?
- No, llevo un rato aquí y no lo vi pasar.
En vista de eso me decido a caminar hasta la otra parada.
- ¿Os imaginais lo que paso?
Cuando iba a mitad de camino pasa la guagua y la perdí.
Pues empiezo bien el día me digo.
          Y con poco animo me puse a caminar los 3 o 4 kilómetros que me separan del centro de Gijón.
Menos mal que cuando ya iba acordandome de toda la familia del joven en cuestión paso el de siempre por alli y me acerco.
          Me dedique a dar vueltas, solo quería despejar un poco.
Como me habían hecho un encargo desde La Gomera anduve mirando. En mi vida había oído hablar de los pendientes hipoalergicos.
También hay relojes y mas cosas, se venden en farmacias.
          Las cosas que aprende una todavía, nunca se acaba de aprender.
Después de un par de horas de paseo solitario y placentero me siento en una cafetería (ahora no lo hago porque no puedo fumar) a tomarme un café.
No se porque café, pues es una cosa que nunca tomo, pero como no era cosa de pedir un whisky a los 11 de la mañana me lo trague.
          Se me acerca una señora de pelo blanco, diría que bastante mayor que yo:
- Puedo sentarme con usted me pregunta.
Esto que hacen los extranjeros de sentarse en una mesa si ven sillas libres. Aquí no es normal.
- Claro que si conteste. Encantada.
La buena mujer era de Zamora y estaba pasando en Gijon unos dias. Se conoce que tenia gana de hablar con alguien.
No hay mayor soledad que la de las grandes ciudades.

          Se quejaba de la humedad lo que no me choca. Yo desde que paso casi todo el año en Canarias cuando vengo aqui lo noto muchisimo.
Charlamos un rato amigablemente.
          Me meto en el bus de vuelta a casa. En el asiento junto al mio había una chica. Esta pienso bastante mas joven que yo. Me habla.
Esto me dejo perpleja. Estoy acostumbrada a ir de viaje con un señor o señora al lado durante 4 horas y que no me digan ni por ahi te pudras.
        Es tremenda la falta de comunicacion que hay hoy dia.
A veces solo con que te digan hola te alegran el dia.
          Reconozco que no soy una persona que invite a la charla asi de entrada. No tengo carisma como se dice.
Soy capaz de estar en una cola horas y horas y no hablar con nadie.
A veces echo de menos no ser mas abierta. Mi hermana por ej, habla con todo el que se le ponga por delante.
          La chica era viuda desde hacia unos años y iba al cementerio de Somió.
Me dice:
- Se que no esta alli, pero cuando necesito estar sola, o llorar un poco, voy, me calma y me tranquiliza.
El cementerio es pequeñito y esta muy bien. Para mi tiene un incoveniente, que para cualquier lado que miro veo un conocido.
Y eso de conocer a todos los difuntos del cementerio es tremendo.
En el trayecto me conto parte de su vida. Esa mujer no se quien es ni como se llama pero me agrado charlar con ella un rato.
          En una misma mañana me comunique con dos perfectas desconocidas y me choca. Lo normal es que no hable con nadie. Gijon es muy grande y no es facil encontrar conocidos con quien tomarse un cafe y menos a las horas que yo salgo.
Y mas raro todavia que te hablen desconocidos.
          Un chico de Barcelona que vive en la isla con su familia hablando de esto me decia:
- En Barcelona a los amigos los ves una o dos veces al mes o asi que sales a cenar con ellos, pero aqui los ves desde que te levantas hasta que te acuestas y no hay quien lo resista.
         Tiene razon, Yo el dia que no estoy de humor para hablar con la gente no salgo de casa. Es imposible dar un paso fuera  sin que te hable alguien.
Ni tanto ni tan calvo.
          Es necesario hablar con la gente alguna vez. En una gran ciudad esta alguien tirado en la calle  y pasamos por encima sin hacerle caso.
Estamos deshumanizados.
Bueno ayer volvi a casa tan optimista gracias a esas dos mujeres que me encontre en el camino.

PD. conclusion, en las grandes ciudades uno se puede encontrar solisimo, en los pueblos al reves.

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