Los caminos de la vida

Nunca pensé que a estas alturas de mi existencia viajara a países exóticos.
Bueno, exóticos desde nuestro punto de vista, desde el de los habitantes de esos lugares, los exóticos seremos nosotros.
Máxime cuando hace años que manifiesto que yo solo viajo por España e islas adyacentes. Tengo todavía muchas cosas por conocer sin salir de casa.
Pues me equivoque. La vida te lleva por caminos por donde nunca pensaste ir.
Me acabo de vacunar de la fiebre amarilla, del tétanos, la difteria; y me llevo unas pastillas para la malaria.
El cólera no. Solo me dicen que tenga cuidado con lo que como.
Espero que no me den mucha reacción. Como nunca fui legionaria, estas cosas no me hacen mucha gracia; con los años una se vuelve muy miedica.
Ya estoy dispuesta para lo que venga. Lo malo es, que tomada la decisión lo que quieres es largarte lo antes posible y todavía me quedan 20 días.
Dicen que en esa zona no hay animales salvajes, ni cocodrilos por el río. Veremos.
Como sospecho que soy la más vieja de la expedición, procuro ponerme en forma para no dar la lata a nadie y aguantar lo que me echen.
Así que todos los días me camino 3 kilómetros por la mañana y otros tres por la tarde. Nunca se sabe en que situaciones te puedes ver.
Lo mejor de todo es que estaré un tiempo sin acordarme de Zapatero y sus muchachos.
Pienso llevar el ordenador pequeño, si me cabe en la maleta.
Pues eso si; hace muchos años que aprendí que para viajar hay que ir con lo mínimo imprescindible. Así y todo siempre te sobran cosas.
Ya estoy dispuesta para irme al Senegal. Ahora a esperar que llegue el día.