Con el Rey Jonay

Allí estábamos sentados en la terraza del café Dindurra comiendo chocolate con churros.
Ella (mis amigas) encantadas de la vida. Deseando cotillear y hacer preguntas.
El (el rey Jonay) en su elemento. !Que hombre más mujeriego¡
Es ver algo con faldas y se le ponen los ojillos tiernos.
Tuve que decirles que era de La Gomera. Si hablo de Ganimedes complico la cosa.
- ¿Es amigo de tus hijos? me pregunta Silvia que siempre esta metiéndome el dedo en el ojo.
La muy.......me estaba llamando vieja a la cara. Me hice la despistada.
- Jonay, nunca he oído ese nombre comento una.
- Es un nombre gomero. Un príncipe de leyenda.
Cuentanosla.
" Estando en fiestas La Gomera, Gara princesa de Agulo acudió con otras doncellas a los chorros de Epina. Las jóvenes juntaban el agua de los siete caños y al despuntar el día se miraban en ella. Si la imagen era clara encontrarían pareja pronto, si turbia tendrían una desgracia.
La imagen fue clara, pero al estar mucho rato mirándose en ella se enturbio.
Nobles tinerfeños habían sido invitados a las fiestas. Entre ellos venía Jonay, hijo del Mencey (rey) de Adeje.
Se enamoraron y se prometieron. Entonces el Teide empezó a echar humo y lava. Los padres consideraron que era una señal de los dioses y les prohibieron la relación. El Teide se calmo.
Jonay volvió a Tenerife, pero una noche clara llego nadando hasta La Gomera para ver a su amada.
Fueron perseguidos y llegaron a lo alto de la isla; para no ser separados se quitaron la vida atravesándose el pecho con una vara de cedro.
Gara, princesa del agua, y Jonay, príncipe del fuego, dan hoy nombre al punto más alto de la isla. El Garajonay.
- !Que bonito¡
- !Que romántico¡ exclamaron todas.
Entonces Felipa, que siempre se mete donde nadie la llama, pregunto al rey a que había venido a Gijón.
- A buscar una mujer para casarme.
Le pegue un pisotón de impresión por debajo de la mesa.
Se limito a mirarme con guasa.
Mis amigas ya habían puesto la antena y pensaban en sus hijas.
La verdad, el hombre es muy guapete e interesante.
- Lucre, hace dos días mi hijo me comento que cuando volvía a casa a las 4 de la mañana vio un OVNI por tu zona. ¿Viste tu algo?
- Hija, a esas horas estoy dormida, no vi nada.
- Pues yo si note una luminosidad rara salta el entrometido de Jonay.
Le pego otro pisotón para que calle la bocaza.
Me levanto.
- Lo siento pero tenemos que irnos. Nos vemos.
Y salgo corriendo con el rey.
- Niña a que viene tanta prisa, lo estaba pasando muy bien.
- Ya, ya, lo vi coqueteando a diestro y siniestro. No podía tener la boca cerrada.
- Sabes, me gusta la rubita.
Hice un esfuerzo para identificar a la susodicha, todas tienen de 50 para arriba, así que lo de rubita encaja mal.
Por fin caí.
- Pues como si no le gustara. Esa no puede ser.
- ¿Por qué?
- Lleva 40 años casada, tiene 7 hijos y 15 nietos.
- También yo tengo un porrón de hijos.
- Si demasiados. No creo que quiera abandonar a su familia para casarse contigo (ya había decidido tutearlo para no llamar la atención) y ser tu 64 esposa. Así que olvidala.
Si me hubieras dicho la pelirroja era otra cosa.
- Esa es guapa, pero me pareció antipática.
- Ya, por eso sigue soltera.
(Continuara)