domingo, 22 de noviembre de 2009

De turismo con el rey Jonay

Una vez decidido que el rey se quedara en la tierra una temporada para buscar mujer, el problema era donde alojarlo.
Esta gente esta acostumbrada a que se lo hagan todo.
Después de descartar varias posibilidades me dice:
- Niña, no puedo quedarme en tu casa. ¿No estáis solos?
- Si, pero aquí no hay servicio. Se tiene que hacer su majestad la cama.
- Nunca es tarde para aprender.
Menuda complicación, pero no me atreví a decirle que no.
Veremos si no me da el té con pastas.
Estábamos tranquilamente sentados al calor de la chimenea planeando nuestro día cuando llaman a la puerta.
Entra Olgita ( mi amiga más tonta) tan compuesta como siempre. Como un pincel.
- Perdona que haya venido tan temprano, pero pasaba por aquí y ........
Cuando ve al rey se queda parada. Este todavía iba vestido con su túnica blanca.
- !Caramba, caramba¡ ¿Quien es esta divinidad de hombre?
- Un amigo que pasa unos días con nosotros.
- Pariente de Bin Laden. ¿De donde procede tan apuesto mozo?
Llamar mozo al rey con los años que tiene ya es mucho llamar. Reconozco que no los aparenta.
- Es de Ganimedes.
Se queda pensando con sus depiladas cejas fruncidas.
- No caigo ahora, ¿Esta eso en Asia?, ¿en España?
- Pues no. Es un satélite de Júpiter.
- Que bromista eres. Al decirme Ganimedes me acorde del hermoso príncipe troyano que perdía aceite. Decían que fue amante de Zeus.
Quede estupefacta de que supiera quien era Ganimedes con lo inculta que es. Se lo dije.
- Es que tratándose de un guapo joven no lo olvido nunca. Lastima de sus inclinaciones.
El rey empezaba a estar algo incomodo, con eso de que a Gaimedes se le caía la mano, así que intervino.
- Oye, que en mi planeta somos todos muy machos.
- No lo dudo viendo la muestra.
Enseguida paso a contarnos con todo detalle la vida de Belén Esteban, Cayetano, el Boris y demás. Su lectura favorita son las revistan del corazón y no habla de otra cosa.
Cuando conseguimos deshacernos de ella me dice:
- ¿Todas tus amigas son como esta ? si es así me cojo el primer platillo que pase por aquí y me voy.
- !No por dios¡ hay de todo.
El de siempre le dejo algo de ropa, no era cosa de salir con túnica, y nos fuimos a dar un paseo por el pueblo.
El rey hacía unos 300 años que no venia a la tierra y para el todo era nuevo.
Le choco mucho vivir al aire libre. En Ganimedes lo hacen en el interior del planeta.
Tuvimos una pequeña discusión pues el quería ir volando.
Ellos tienen unos artefactos que se pegan a la espalda y se desplazan así.
- Ni hablar. Si hacemos eso no tardamos en tener detrás de nosotros a todo el mundo, policía incluida. Vamos en autobús como todo hijo de vecino.
Lo encontró muy anticuado pero le hizo gracia.
De pronto se asusta.
- ¿Que es eso? me dice señalando a un pastor alemán. Parece peligroso.
- Un vulgar perro. No hay peligro.
- ¿Es un terrícola?
- Es un animal de compañía.
Tuve que explicarle, en su planeta no conocen los animales.
El hombre iba de exclamación en exclamación como un niño pequeño.
Cuando vio el mar quedo sin habla.
Paseando, paseando, pasamos por delante del café más antiguo de Gijón, el Dindurra.
- Vamos a sentarnos aquí a tomar un chocolate con churros.
- ¿Los conoces? y ¿ que es un chocolate?
- En la tierra hay sitios donde uno puede pararse a tomar un café o lo que quiera, se llaman bares, cafés, restaurante....etc.
- ¿Por qué no se lo toman en su casa? ¿No trabajan?
- En los descansos.
- Pues veo mucha gente cansada.
Le pirrio el chocolate y los churros y repitió tres veces.
De repente siento por detrás:
- Lucre, lucre.
Me vuelvo y !maldición¡, mis amigas del café de los martes.
Todas miraban a su majestad con curiosidad.
Encantadas de la novedad se sentaron con nosotros.
- ¿Donde esta tu marido? me pregunto alguna con mala idea.
(Continuara)

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