miércoles, 18 de noviembre de 2009

Estoy sola en el chalet. No me gusta. En un piso te encuentras más acompañada.

  En soledad parece que todos los muebles de la casa tienen vida propia. Crujen, chirrían........... ruidos que normalmente no llaman tu atención se hacen presentes con intensidad. 

 Recorro todos los rincones de la casa, miro debajo de la cama. Me aseguro de que estoy sola. Encerrada en mi habitación, al fin he conseguido dormir. Sueño con un país donde no hay corrupción, donde los políticos son gente de peso, conocimientos y experiencia, donde lo que prima es el servicio a la comunidad. 

  De pronto pego un bote en la cama. Un ruido aterrador me ha sacado de los brazos de Morfeo. Una luz rojiza entra a raudales por los resquicios de las persianas. Quedo en suspenso. El corazón me palpita como un taladro.

 ¿Que hacer? Haciendo gala de mi fuerza de voluntad, me levanto; pego un ojo a un resquicio de la ventana. Entonces mi tensión se desinfla inmediatamente. Veo una nave espacial con el logotipo de Ganimedes. !Menos mal¡ Me abalanzó a abrir la puerta.

  Allí en mi terraza y con un monumental ramo de flores en la mano esta el rey Jonay. 

 - Hola niña. 

 - Que le trae por aquí, sin avisar, Majestad. 

- Dejate de cumplidos y llámame Jonay.

  Esto me hizo ponerme en guardia, el tan quisquilloso con el protocolo.

  - He venido a verte. Hace mucho tiempo que no me visitas. 

 - Me halaga que me echara de menos. 

- Me aburro como una ostra. Te necesito. !Caramba¡ !caramba¡ a donde quería llegar.

  - Lo he meditado mucho antes de venir. Quiero hacerte una proposición. 

- Escucho. 

- Me encuentro solo. 

 Aquí le interrumpo. 

- Como se va a encontrar solo con 543 mujeres y 800 hijos.  

- Pues me encuentro. Mis mujeres son muy monas y muy jóvenes, pero no puedo hablar nada con ellas. Son bastante sosas y tontitas. Me aburren a muerte. 

- Haberlo pensado antes de dejarse encandilar por unos bellos ojos. 

- A lo hecho pecho, pero no estoy dispuesto a vivir otros 600 años así. 

- ¿Que remedio se le ocurre?  

- He venido a pedirte en matrimonio. 

  Quede muda de la impresión. 

- No dices nada.  

- Majestad, tengo 63 años, el pelo blanco, mis arrugitas. - Y que importa, yo tengo 645 años. 

- Si pero no lo parece. 

- Se olvida que estoy casada. ¿Que piensa hacer con el de siempre?  

- Ya lo he pensado. Le pienso proponer que se case con tres o cuatro bellas jóvenes a su elección.  

- Ni se le ocurra no le vaya a gustar la idea. 

- Pues dejalo y vente conmigo. 

- Imposible después de 45 años. No quiero.

  Se puso triste. Me daba pena; no esta acostumbrado a que le lleven la contraria. Empecé a pensar en todas mis amigas a ver cual podía servirle. Fulanita no que es bastante boba. A menganita no hay quien la aguante y no sabe hacer la o con un canuto. 

  De repente me acorde de María. Culta, interesante, licenciada en historia........una persona con la que nunca te aburres. 

- Majestad, tengo una idea. Quedese aquí en la Tierra una temporada y le presentare a alguien que reuna las condiciones que quiere. Tengo varias en mente.  

- No me parece mal. ¿Estas segura de no querer tu? 

  Me fastidio la prisa que se dio en aceptar mi propuesta.  Estaba dispuesto a cambiarme con tanta facilidad. !Hombres¡ (Continuara)

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