domingo, 15 de marzo de 2009

LA FIESTA


A las ocho menos cinco estaba como un clavo en el hall del hotel.

Hecha un brazo de mar y con la moral por las nubes. No hay nada que levante más el animo de una mujer que sentirse bien arreglada, y yo me sentía como nunca.

Las miradas de la gente me decían lo que yo ya sentía en mi interior.

Lucre estas de película.

En esto aparece Mary Tere buscándome con la mirada. No me reconoció.

-Caspitina, me dice cuando me acerco a ella, caspitina, estas espectacular.

- Tu si que estas espectacular.

Llevaba un traje rojo, de esos que se anudan en el cuello y dejan los hombros al aire y unos pendientes de brillantes con una perla en forma de pera; no pasaba desapercibida.

Fernanda igual, para mi gusto demasiadas joyas.

Yo iba de negro, traje de Felipe Varela, con un hombro fuera. No llevaba pendientes, ni sortijas, ni pulseras, solo un broche de brillantes que herede de mi abuela y lo pongo de higos a brevas, pero me alegre de llevarlo después de verlas. Lo acompañaba con un chal de encaje antiguo.

Las tres chicas de oro pisábamos firme.

Cuando llegamos a la finca, no abrí la boca porque no la abro por nada, pero me dije:

- Vaya con Mencia.

Casona antigua, luego me entere que era del siglo XVII, unos jardines de ensueño, surtidores por doquier, árboles de esos que no abarcas con los brazos.....etc.

Me hice el firme propósito de explorar aquel vergel, flor a flor, árbol a árbol.

Me pierden los jardines. Cuidados y sin cuidar y aquel estaba muy, muy elaborado. Se veía que la persona que lo atendía sentía amor por las plantas. Esas cosas se notan.

En un claro se había colocado una carpa abierta por los lados donde íbamos a cenar.

Deje el jardín para más tarde y me concentre en mis amigas. Mencia nos recibió muy cariñosa.

Entre whisky y whisky recordamos anécdotas del cole.

Te acuerdas de la Madre Santos, del día que nos escapamos para ir al cine con aquella chica que luego se caso con uno que fue ministro de UCD, de las reverencias que teníamos que hacer a la reverenda...........etc.

Paso el tiempo volando.

A las nueve comienzan a llegar los invitados. el de Ganimedes seguía sin aparecer.

En un aparte me dijo la anfitriona:

- Te he colocado en la mesa donde esta mi yerno para que puedas hablar con él.

Me pareció de perlas.

La gente seguía llegando, todo caras conocidas, todos los personajes del Hola andaban por allí. Mucho vestido de firma, mucha joya , mucho glamour. Si no hubiera ido con mis amigas me hubiera sentido como un pulpo en un garaje. No conocía a nadie personalmente. Ellas me fueron presentando al personal. Me parecía estar viendo una película de amor y lujo.

Es que una lleva ya tanto tiempo en La Gomera...........

Si quedo muchos días aquí voy a acabar cogiéndole el gusto a esta vida y al de siempre le va a dar un patatús.

Un pianista ponía música al ambiente. Todo perfecto.

Tenía ganas de echarle la vista encima al desertor de Ganimedes.

(Continuara)


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