viernes, 13 de marzo de 2009

ME LO DIJO PEREZ QUE ESTUVO EN MALLORCA

Llego el gran día, me voy a Mallorca.
Me hace ilu ya que nunca estuve en esas islas, además iba a una fiesta de alto copete que de vez en cuando sienta bien.
En el aeropuerto un tostazo. Viajar en avión es, actualmente, el medio más incomodo.
Pite como siempre al pasar el control, debe de ser por los clavos que llevo en el tobillo, así que me cachearon. Un señor monto un lio espantoso porque le hicieron descalzarse; acabo diciendo que se iban a enterar de quién era el que tenía un primo ministro.
Al fin me acomodo tranquilamente en mi butaca de pasillo. Siempre en pasillo, así me levanto cuando quiero sin tener que molestar a nadie, y si hay emergencias también estoy más libre.
Saco mi novela policíaca, miro a mis alrededores para ver a mis compañeros de viaje y me encuentro con muchas caras que no me son desconocidas. ¿De que me suenan?
Iba ya por el segundo crimen, cuando capto una conversación que me hizo poner la oreja.
- Seguro que la fiesta esta bien decía una señora con la cara tan estirada que no se podía ni reír.
- Si, Mencia será tonta pero las fiestas las organiza como nadie le contesta otra cargada de joyas.
- Tonta es un rato largo. Y mira a todo el mundo por encima del hombro con eso de que es hija de un marques.
- No es para tanto, el titulo solo es de 1.700, todavía si fuera de 1.500 sería otra cosa.
- Pues hija le da un aire.
- Y que me dices de la cursi de su hija. Desde que se caso con ese polítiquillo de tres al cuarto esta intratable.
- No tendrás envidia, el chico es muy majo.
- !Envidia yo! a saber de donde salio no se sabe nada de su familia.
Vaya, unas que van a la fiesta. Algo de razón tienen, Mencia siempre fue una creída y más tonta que Abundio.. Pero no por ser hija de marques, tontas las hay en todos lados.
Me enfrasco en mi lectura.
Vuelvo a desconcentrarme, dos hombres hablan delante de mi:
- ¿Que me cuentas del yerno , el político? se dice que acepta sobornos.
- Cuando el rió suena, algo lleva, pero no tengo plena constancia.
- Es el favorito del presidente, parece mentira como en tan poco tiempo a subido tanto. No debe de ser trigo limpio.
- Sera de la escuela de su suegro que es un marrullero.
- Ni que lo digas, te cuento.
En ese momento empezaron a hablar bajo y me volví a mi novela.
Pronto se acabo mi tranquilidad, mi vecina de asiento que ya había pasado revista a mi indumentaria con cara de asco, seguro que se dio cuenta que los pantalones eran de Zara y la blusa de Punto Roma, me dice:
- Me he dado cuenta que estabas escuchando ¿conoces a Mencia?
- Si, yo lacónica.
- ¿Vas a su fiesta?
- Si.
- Pues nunca te había visto en sus festejos.
- Es la primera vez que vengo, en otras ocasiones no pude.
- Pues da unas fiestas divinas, divinas de la muerte.
- Me lo imagino.
- ¿De que la conoces si no es indiscreción?
- Somos compañeras de colegio.
Me mira con cara de estupor.
- No seríais del mismo curso, es mucho más joven que tu.
- Somos de la misma edad y estudiamos juntas.
Eso la dejo fuera de combate por un rato.
Yo esperanzada que hubiera enmudecido para todo el viaje, no tuve esa suerte, enseguida volvió a la carga.
- ¿En que hotel te hospedas?
- En el...........
- Yo también, es el mejor de la zona.
- Ya, le digo yo en plan pijo, para mi gusto le falta un punto de exclusividad, a veces admiten a cualquiera.
Me miro con mala cara.
- ¿No sabes quien soy?
- Me suena tu cara, pero no caigo.
Sabía de sobra quien era pero no quise darle el gusto de que se sintiera reconocida.
- Yo que creí que me conocía todo el mundo. Soy la ministra tal.
- Es que a mi la política no me interesa nada (estuvo a punto de crecerme la nariz como a Pinocho)
Por cierto que tal es el yerno de Mencia ¿lo veras mucho !no¡?
- Claro, todos los viernes en el Consejo de Ministros. Es muy majo, todo el personal femenino del Congreso esta enamorado de él. Nadie se explica como se caso con la aburrida de su mujer. Y tan fea que es la pobre.
- Alguna gracia tendrá.
Desde luego, empezaba a darme pena de Mencia y su hija !si esto eran amigos¡
Con las mismas me enfrasque en la novela y no le di opción de hablar más.
(Continuara)

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