miércoles, 7 de enero de 2009

DE COMO SALVE A ZAPATERO DE SER LINCHADO

Era una tarde de invierno apacible. Paseaba por las calles de Ganímedes admirando el ocaso. Aquí se vive bajo tierra, pero los volcanes proporcionan calor y energía y simulan el amanecer, el atardecer......como un día cualquiera de la Tierra. Precisamente porque hace calor todo el año vengo a pasar los inviernos a este satélite.
Al doblar una esquina encuentro un gran tumulto, tal parecía que querían linchar a un hombre.
Me acerco.
- ¿Que pasa? pregunto a un señor enfurecido.
- Nada, un chiflado. Estaba pegando un coscorrón a mi hijo que se lo tenia bien merecido cuando una persona se abalanza sobre mi diciendo que me va a meter en la cárcel por maltratador de niños.
Quede estupefacta, en Ganimedes es intocable el derecho de los padres a corregir a sus hijos.
- ¿Quien fue? pregunto.
- Ese, Ese de las cejas como mefistófeles. Además dice unas cosas muy raras. Habla de que el manda en España y todos le tenemos que obedecer.
Efectivamente la multitud enardecida rodeaba a un hombre de mediana edad, con las cejas en punta. Ya estaba medio desvestido pues le arrancaban la ropa tratando de lincharlo.
Así de momento me pareció conocido, pero no caía.
Paren todos, digo con autoridad. A la gente hay que hablarla así, si vas pidiéndolo por favor nadie te hace caso. Además aquí todo el mundo me conoce pues hace muchos años que vengo a pasar el invierno.
Y me respetan, así que todos quedaron inmóviles.
El de las cejas estaba hecho una pena, le corria la sangre por la cara.
En ese momento lo reconocí, pero no creía lo que veía. ¿Que hacia el señor Zapatero en Ganimedes?
- Señor Zapatero le digo.
- Me miro con cara de zoombi, cara de estar en babia (muy lógico siendo de León). Menos mal que encuentro a una persona normal me dice.
- ¿Que hace usted aquí? yo muy respetuosa aunque me cae gordo.
- Estaba en la Moncloa y harto de oír los gorgoritos de Sonsoles despiste a los escoltas y salí a dar un paseo para alegrar al pueblo con mi presencia. Todo iba muy bien. La gente gritaba a mi paso "Zapatero guapo" "Zapatero fenómeno" hasta que de repente cuando intentaba parar a un maltratador de niños la gente cayó sobre mi.
No lo entiendo con lo pacifistas que son mis súbditos.
- Es que no esta usted en Madrid.
- !No¡ como puede ser eso, por Madrid paseaba.
- Pues no lo se, pero esta en Ganimedes.
- No conozco en España ningún pueblo que se llame así. Ahora que lo pienso creo que esta en Extremadura.
Es conocida la poca cultura de los españoles, pero que un presidente no supiera que era Gaimedes me desanimo mucho.
- No, no, no esta usted en España. Esta en Ganimedes.
- Quizá estoy en Francia o en Portugal.
- Esta en el Sistema Solar. Ganimedes es un satélite de Júpiter.
- Imposible.
- Cosas más raras se han dado como que usted llegara a la presidencia de su país.
A todo esto la gente se impacientaba. Así que cogí a Zapatero del brazo y les dije.
- Yo conozco a este panoli, me hago cargo de él. Y sin más lo saque de allí antes de que el gentío me lo impidiera.
A toda prisa lo metí en una nave que partía hacía la Tierra.
Estuve a punto de arrepentirme pensando en el inmenso favor que podía hacer a España quitando a Zapa del medio.
Hacía tiempo que no me divertía tanto y es que Ganimedes es un poco aburrido.
Cuando estaba preparando mi cena llaman a la puerta.
Abro y me encuentro al primer ministro de Ganimedes.
- Me manda el rey que venga a buscarla, quiere saber que paso hoy en la calle.
El rey es muy cotilla y le gusta enterarse de todo.
Cuando llego a su presencia me dice:
- Niña (siempre me llama así cariñosamente) me han dicho que esta tarde mandaste a un hombre para la tierra a toda prisa.
- Si majestad querían lincharlo y no podía permitirlo.
- ¿Quien era? ¿Quien se atreve a querer cambiar nuestras costumbres?
- Zapatero.
- !Ese! ahora me lo explico. Algunos de mis súbditos empiezan a hablar de la Alianza de Civilizaciones, del feminiso y cosas así. Es lo que tiene abrir las televisiones a otros planetas. !Seguro que se fue¡
- Seguro, vi como despegaba.
- Menos mal, es capaz de quitarme el trono y ponerse él. Tendré que tomar medidas para que esto no vuelva a suceder. Además te voy a conceder la Gran Medalla de Ganimedes por el servicio que me prestaste.
Así que aquí me veis. Yo solita salve a Zapatero (si lo llego a pensar bien no lo hago)
y encima me condecoran y lo que es mejor con pensión vitalicia. Dada la crisis que padecemos no es de despreciar.
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1 comentario:

  1. Como nadie me dice nada, me lo digo yo. A pesar de no tener constancia de que alguien me lea, disfruto haciendolo y si de vez en cuando alguien me dijera por ahí te pudras sería la repanocha.

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